1035. A Julia Iatridi
Barcelona, 24 de febrero de 1958
Sra. Julia Iatridi
Atenas
Mi distinguida amiga,
Prefiero escribir pronto aunque que sea más brevemente. Recibí su cariñosa carta1 y a los pocos días el libro de Malanos sobre Cavafis.2 Le agradezco en el alma el envío. Me pasé un día entero cortando el volumen —¡con el cortapapeles del águila bicéfala!— y leyendo, descifrando, adivinando aquí y allá. Apasionadamente. Me interesa el caso. No sólo los versos, sino también el autor, en su vida y en el medio en que se desenvolvió con su rara, heroica intransigencia. Entre un poema y el hombre que lo escribió hay lo que yo he llamado una «inocente distancia mental» (inocente, claro está, cuando se trata de una vocación auténtica). Llenarla, imaginar que la recorre, de la obra hacia el autor, es para mí el cometido del crítico; o del traductor; o del lector, que, cuando merece serlo, no hace más que traducir «a sí propio» lo que lee. Hasta recibir los estudios de Malanos, yo no conocía de C. más que versos. Desde de los primeros que leí (Ίθάκη, Μακρυά…),3 tuve la impresión de que descubría un valor capital en la poesía del siglo XX. Veo producirse la misma admiración —casi estupor— a todos aquellos a quienes voy comunicando mis traducciones. Llevo ya hechas cerca de cuarenta: las dos terceras partes de las proyectadas. Cuando haya terminado lo que no puede ser más que un primer esbozo, me permitiré recurrir a Ud. con una lista de dudas, no precisamente sobre el sentido esencial: C. no es difícil, ni por su idioma ni por sus conceptos; sino sobre ciertos matices: según lo que el vocablo griego signifique en el uso corriente, hay que darle correspondencia; el contexto, y menos los diccionarios, no siempre[.]
Me siento en deuda con Ud. No vacile en pedirme datos o libros que necesite para su trabajos. Ya que no conseguí encontrar la comedia de Valle Inclán que me indicó,4 ¿le interesaría alguna obra suya de las más importantes? Dentro de pocos días salgo para Madrid: formo parte de un jurado para la concesión de pensiones a literatos y especialistas en estudios literarios. (Se trata de una fundación muy importante, no de iniciativas ministeriales…)5 Encontraré, entre mis colegas, precisamente al Dr. García Blanco, de quién le hablaba en mi carta anterior.6 ¿Desea Ud. algo para él? En todo caso le enteraré de quién es Ud. y de lo que le deben las letras españolas.
Voy poco a poco familiarizándome con el griego moderno. Estoy cada vez más convencido de que ciertos autores de hoy han conseguido el enlace con la estupenda tradición clásica —el principio formal, el sentido trágico de la actitud ante la realidad y su misterio— sin extraviarse en la aproximación de lo superficialmente imitativo. Sentimos, Clementina y yo, crecer en nosotros la nostalgia de Grecia. Así que para nosotros se restablezca un mínimo la normalidad, nos propondremos el viaje: nos es debido.7
Con Clementina, de Ud. y de su casa, con muy sincero afecto
C. Riba
Carta. Arxiu Literari i Històric Grec (ELIA). Publicada per Eusebi Ayensa a D’una nova llum. Carles Riba i la literatura grega moderna (Lleida, Pagès, 2012, p. 171-173). |
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