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1025A Gabriela Mistral

Barcelona, 16 de agosto de 1954

Sra. Gabriela Mistral
N. Y.

Nuestra querida Gabriela,
    Su carta llegó, c/o Insula, para grande alegría nuestra.1 No sabíamos resignarnos a la incomunicación con Vd. Nos ha hecho Vd. bien al romperla. Les escribimos cuando le dieron el premio Nobel, para que nos sintiera con Vd. en su triunfo.2 Mandamos nuestras breves, cordiales líneas por una vaga v[uestra] d[irección] [?]; había entonces acá, en torno a su nombre, una consigna oficial y operante de silencio. Siempre hemos sospechado que nuestra carta no llegó a su destino. Nos conmueve su confianza en nosotros; nunca la hemos olvidado a Vd., nunca nos hemos tenido olvidados. Lo que lamentamos son los motivos de su silencio; pobre gran Gabriela! Lo de su sobrino es trágico,3 señal de lo triste de nuestros tiempos, que no son para gente como nosotros, y no seríamos nosotros sin esa inmensa miseria que nos rodea, impeliéndonos a un extremo trágico de esperanza; a una «desesperación de esperanza». Del mísero episodio Marta Brunet4 nada sabíamos, nunca hemos oído hablar de él, prueba que no la alcanza a Vd. en lo limpio de la actitud que ha mantenido.
    Estuvimos en Francia hasta abril de 1943, con nuestra hija. Los dos varones estaban ya en España, con sus estudios.5 Vivíamos de la generosidad de algunos amigos, pura o disfrazada de cómodos encargos editoriales.6 Padecíamos el rigor del bloqueo y la incomunicación; Clementina se desmayaba de debilidad física y de angustia; estábamos los dos en los puros huesos, envejecidos que parecíamos tener 70 años. Por otra parte nuestros amigos de acá nos reclamaban, para consuelo y ayuda en el destierro que sufrían en su propia patria. Decidimos, pues, volver, y nos aventuramos, clandestinamente, huyendo por cuarta vez, asombrados de nuestro propio atrevimiento (habíamos por ejemplo, pasado de la zona ocupada a la libre (?) como inocentes ratoncillos que burlaban la enorme máquina de la Wehrmacht).7
    No nos hemos arrepentido de haber vuelto. Hemos encontrado aquí una tarea, y nos hemos dedicado a ella con fe. Sentimientos que parecían quebrados se han fortalecido, la esperanza se afirma, lo disperso se reagrupa; y hemos contribuido y seguimos trabajando en ello. Celebramos que lea Vd. con simpatía Insula: está, con su actuación discreta, noble, desinteresada, en el centro de esa unión moral que va creándose entre muchos espíritus irreductibles en su idea de la libertad y la consiguiente dignidad.8 Va tomando forma una aspiración a crear una gran literatura hispánica, total en varias expresiones lingüísticas. Quizá desde fuera sea difícil entenderlo; pero Vd. debe de haberlo intuido y aprobado.
    Vivimos modestamente, con achaques (mi vista está siempre en inminente peligro)9 pero en medio de todo, y a pesar de lo que se sufre desde fuera, felices. Todos nuestros hijos están casados y nos han dado ya nueve nietos.10 Escribimos versos cuando Dios quiere;11 le mandaremos algún libro nuestro.
    Y no dude, Gabriela, que cuenta en nuestra felicidad recordarla a Vd., sabernos queridos de Vd. y guardarle uno de los más puros afectos de nuestro corazón.

Carles
Clementina


Vimos hace unos pocos meses a Carner en Bruselas; está magnífico, humano y cordial, aunque algo envejecido e inveterado.


  Carta. A la capçalera, manuscrit: «Av. República Argentina, 163». Biblioteca Nacional de Xile.

 

  1. Amb lletra de Carles Riba: N[ova] Y[ork] 27.7.54. Mistral escriu: «A Clementina Arderiú, en su España. Hace años que deseo escribirles; pero he tenido por largo tiempo una vida semi-errante, hasta fijarme, en esta Nueva York, por fin. / Ya en sosiego —porque la poesía pide sosiego, mucho más que la prosa— estoy recibiendo vuestra hermosa revista “Insula” en donde les he recuperado a Uds. / No tengo sus señas, pero aventuro mandándole[s] estas letras a su Revista “Insula”, que leo con cariño y alegría por lo buena que es.»


  2. Vegeu la carta 1016. B[arcelona, després del 16], novembre de 1945.


  3. Mistral en la mateixa carta els escriu: «Allí [Brasil], queridos, me asesinaron al último de mi gente, a mi sobrino Miguel. Los negros matadores me declararon que él era un niño “blanco de mas”, que él tenía casa propia y que ellos no la tenían. Eran sus propios compañeros de escuela y había allí una división entre alumnos blancos y negros». Tanmateix, segons Jaime Quezada, Juan Miguel Godoy y Mendoza, familiarment Yin Yin, de disset anys, es va suicidar amb una dosi d’arsènic, l’agost de 1943 a Petrópolis, on residia amb Gabriela Mistral, que l’havia adoptat el 1928, fill del seu germanastre (vegeu Gabriela Mistral: poesía y prosa, selecció, pròleg, cronologia i bibliografia de Jaime Quezada, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1993, p. 539).


  4. Continua Mistral: «Cuánta buena gente he perdido, Cl[ementina] A[rderiu] en su España a causa de un mero chisme de colega celosa! / Sobre este asunto casi a nadie [he] escrito —aludo a España. Con poco tiempo y muy tarde, quiero contarle algo de aquella tonta tempestad vivida no en su Cataluña sino en Madrid. / Yo escribí una carta muy íntima a una colega que siempre admiré y quise. Ella se llama Marta Brunet y es de sangre francesa también. / Aunque me escribía a España, yo ignoraba enteramente su ambición de ser Cónsul en España, a causa de cierto amorío. / Cualquier día ella me oyó quejarme de la vida difícil de Cónsul que yo hacía en Madrid a causa de tener amigos republicanos y monárquicos. La ambiciosa personita, en vez de declararme sus deseos buscó el sucio camino de hacer un artículo de aquella conversación íntima y de añadir cuanto pudo a mis palabras. El Gob. de la República obró con la mayor violencia al no llamarme al Ministerio ni oír a una acusada. La candidata fue nombrada, pero como la Justicia “se eclipsa pero no se muere”, en unos meses más fue destituida a causa de aquella “lieson” [sic] y conoció lo mismo que hizo conocer a mí. / Esta es la historia.» Segons continua Mistral, va acollir a casa seva un home malferit per «una riña política»; el va tenir tres diez, però «murió a poco de llevarlo a su casa». Aleshores, va decidir escriure a la seva amiga «una carta que ella hizo publicar y… en pocos días mas, y por reclamo oficial del Gobierno republicano se me cancelaba el cargo». L’incident passa el 1935, que és quan ha d’abandonar Madrid i és destinada a Lisboa. Tanmateix, Quezada escriu que «acusada, por un grupo de immigrantes españoles residentes en Santiago [de Chile], de abrigar sentimientos antiespañoles, deja su cargo de cónsul en Madrid» (vegeu Gabriela Mistral: poesía y prosa, selecció, pròleg, cronologia i bibliografia de Jaime Quezada, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1993, p. 535). La carta continua amb dades que compliquen poder saber si Marta Brunet, «mi colega y mi denunciadora», és l’escriptora xilena del mateix nom que el 1935 té trenta-vuit anys. Tot ho fa suposar, pel que escriu Mistral; però alguna cosa falla perquè, entre 1934 i 1939, Brunet primer és redactora i després del gener de 1937, directora de la revista xilena Familia. Uns quants anys més endavant, Riba dirà a Iatridi que Mistral «escribía con una amnesia casi total: sus dos cartas son verdaderos monólogos». Vegeu la carta 1033, 1r paràgraf, d’aquest mateix portal.


  5. Jordi i Oriol Riba tornen a Barcelona «a veure si salven els estudis, i el gran, a més, fer el servei [militar]». Vegeu la carta 350, nota 6, a Cartes de Carles Riba, vol. ii, 1939-1952 (Barcelona, Edicions de la Magrana, 1991). La filla que s’esmenta és l’Eulàlia.


  6. Sobretot Josep Janés. Vegeu la carta 374, nota 9, a Cartes de Carles Riba, vol. ii, 1939-1952 (Barcelona, Edicions de la Magrana, 1991). He desenrotllat aquest capítol de la biografia ribiana, en profunditat i nova documentació, a «Josep Janés i Olivé, “aquell goethià genial”», pendent de publicació.


  7. Sobre el retorn a Catalunya, vegeu les cartes 387, nota 2, i 389, nota 1, a Cartes de Carles Riba, vol. ii, 1939-1952 (Barcelona, Edicions de la Magrana, 1991).


  8. «Vuestra hermosa revista “Insula” en donde les he recuperado a Uds.» (vegeu la nota 1) fa referència al número dedicat a les lletres catalanes, publicat el 15 de novembre de 1953, en el qual han col·laborat Riba i Arderiu. Vegeu la carta 519, nota 3, a Cartes de Carles Riba, vol. ii, 1939-1952 (Barcelona, Edicions de la Magrana, 1991).


  9. Vegeu la carta 491, nota 1, a Cartes de Carles Riba, vol. ii, 1939-1952 (Barcelona, Edicions de la Magrana, 1991). Després de publicat el volum, Jordi Riba i Romeva em va explicar que els doctors Arruga i Barraquer ja l’havien desnonat. Qui el va curar o, almenys, li va frenar la progressió del mal va ser el doctor Casanovas. Segons Miquel Ferrer, els catalans d’Amèrica van col·laborar a buscar i trobar el medicament per a la malaltia (Pont Blau, núm 81 (juliol 1959), p. 226).


  10. 

Jordi Riba i Arderiu amb Mercè Romeva, Oriol Riba i Arderiu amb Gabriela Viñas i Eulàlia Riba i Arderiu amb Oriol Casassas. Els néts són Carles Riba i Romeva, Pau Riba i Romeva, Jaume Riba i Romeva, Clara Riba i Romeva, Mercè Riba i Romeva, Eugènia Casassas i Riba, Jordi Riba i Romeva, Gabriel Riba i Viñas i Helena Casassas i Riba.

 


  11. Ha començat «Els tres reis d’Orient», primer de l’Esbós de tres oratoris, i ha enllestit un dels Poemes d’un nou llibre encara sense títol: «Cançó d’amor davant d’un cos un», datat el 9 d’agost. Vegeu Carles Riba, Poesia. Obres completes, vol. i (Barcelona, Edicions 62, 1984, p. 329).


 

 

 

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